COMBATIENDO UN PREJUICIO

 

A LA IRRACIONALIDAD DE UN PREJUICIO, LA LUZ DE LOS DATOS.

Existen mitos urbanos. Cuestiones que se afirman como ciertas, que surgen misteriosamente, pero que cuando uno las quiere chequear, no encuentra asidero en ellas. Entre ellas, hay una que afirma que los Vinos Comunes, de Mesa (los vinos en Tetra, para graficarlos más), “no son vino, son un brebaje insalubre que tiene sobras de otros vinos, más colorantes, alcohol agregado, etc, que se hacen en el Conurbano, no en origen, etc.”. En Redes Sociales y en Investigaciones, por ejemplo, uno puede encontrarse con mensajes como este. Quienes trabajamos en la industria, sabemos claramente que esto no es así. Es más, que la realidad es opuesta. Es un producto noble, 100% uva fermentada, controlado por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (ente específico que controla a todos los que producen vino, a diferencia de otras bebidas que son controladas por entes comunes a todas ellas,  sea que hablamos de Cerveza, Gaseosas, Fernet, etc.), proceso liderado por un enólogo, que se elaboran y fraccionan en origen (como lo exige la ley de Vinos). Pero como decía Albert Einstein, “triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”.

Realmente es un tema que me duele, porque hay muchísima gente atrás de estos productos, muchas familias viven de su producción, y que se ven perjudicadas por un prejuicio que no tiene nada que ver con la realidad. Si bien lo dicho por Einstein me bajonea un poco, voy a intentar aportar datos simples y chequeables por cualquier mortal de buena voluntad. Un planteo que se pueda comprender, sin el ideal de visitar esas bodegas en plena vendimia, donde podríamos ver la cantidad de uva que reciben a diario. Algo racional, transparente y que no sea necesario conocer en profundidad de vinos y su elaboración, para poder entenderlo.

En los últimos años, se vienen dando cosechas en general, muy buenas en calidad pero con menor rendimiento, con menos volumen de uva que por ejemplo el promedio de los últimos 10 años. Esa menor oferta de uva eleva su precio y repercute en el del litro de vino. Si su única materia prima se incrementa, indefectiblemente sube el precio del vino. En ese sentido, la cosecha 2022 ha sido aproximadamente un 13% menor que la del 2021, que también estaba por debajo del promedio de los últimos 10 años.

Si hay una variable sensible a las ventas de un producto en la actualidad, es el precio. Con alta inflación, los consumidores ven afectado su poder de compra y están en guardia con sus consumos. Aquellos productos de consumo masivo que se van de cierta lógica, no tienen otra chance que perder ventas. Y eso los empresarios lo saben y lo padecen. Se aumenta, porque los empujan los costos. En productos muy masivos, que “viven del volumen”, necesitan una gran racionalidad en el manejo de sus precios, si no quieren perder peso en los consumidores.

Bueno, si tomamos la información del INDEC, que con la misma metodología releva el precio de una canasta de productos, nos muestra que ha pasado con los precios de los Vinos Comunes en el último año. Tomando el año móvil, la inflación anual asciende al 58% en Abril 2022. En ese mismo período, los Vinos Comunes por 1 litro subieron sus precios un 92,4%. Tomando otras bebidas masivas, esta misma fuente revela que la Cerveza Botella de litro aumentó sus precios en el último año un 49,4% y la Gaseosa Cola de 1,5 litros, un 36,9 %. Ambas categorías competitivas del vino, subieron sus precios por debajo de la inflación general de nuestro país.


Claramente, esta decisión afectó los volúmenes de la categoría “Vinos de Mesa”. Las distintas auditorías dan muestra de ello. Y era algo absolutamente esperable si la suba de precios está tan desfasada de una inflación ya de por sí, muy alta. ¿Alguien con dos dedos de frente puede pensar que se aumentarían los precios un 92,4% en un año, sino fuese por la fuerte suba de la uva ante una menor oferta? Si estos productos no fuesen 100% uva fermentada y fuesen una “fórmula” con colorantes, alcohol agregado y otros ingredientes, ¿no piensan que la hubieran modificado para mantener cierto nivel de costos? Justamente, en el mundo del vino, esto no es posible. Sube la uva, sube el vino. Y aquellos que son más masivos, con menor rentabilidad y que usan vino del año, son los que aumentan primero, más rápido. Como ejemplo, en Abril 2022 la medición del INDEC muestra que los Vinos Comunes aumentaron 11,4%, cuando la inflación total fue del 6%.

Espero haber aportado un granito de arena a que se valore el trabajo de tanta gente y la genuinidad de un producto que, a pesar de una estigmatización tan irracional como injusta, tiene presencia en muchos hogares argentinos. Que si algún lector tenía un prejuicio respecto de estos vinos, sino pude “desintegrarlo”, por lo menos le haya generado una duda. Ya eso sería un gran avance. Para que los argentinos nos sintamos orgullosos de nuestra industria vitivinícola, con todo su espectro, que de punta a punta es tan noble y esforzada.  Al gran vino argentino, salud!!!


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